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sábado, 8 de octubre de 2011

Desarrollo fetal del esqueleto (Mesa 1)

En esta mesa se muestran esqueletos fetales de 13 a 16 semanas de gestación en los cuales se aprecian características del desarrollo fetal que incluye la formación del esqueleto a expensas de dos procesos fisiológicos muy claros: osificación endocondral y la intramembranosa.

Se presenta un feto sometido a la técnica de la diafanización por técnica de Dawson. Esta técnica nos permite la visualización in situ de los centros de osificación en embriones y fetos, tiñéndolos con rojo alizarina y/o azul de metileno. Mediante esta  técnica  se hace  uso de xilol como disolvente de grasas, para transparentar los tejidos blandos, y posteriormente se agregan los colorantes que se fijan en las zonas de osificación.



El proceso mediante el cual se forma el hueso se denomina osificación. En el embrión, existe un precursor del esqueleto formado por tejido cartilaginoso hialino y mesénquina embrionario que ya tiene una forma característica a partir de las seis semanas.  La formación de hueso sigue dos procesos diferentes:

Osificación intramembranosa:
La osificación intramembranosa es la que produce preferentemente huesos planos y, como su nombre indica tiene lugar dentro de una membrana de tejido conjuntivo. En este proceso, algunas de las células mesenquimatosas que forman las membranas de tejido conjuntivo son transformadas en osteoblastos constituyendo un centro de osificación alrededor del cual se va formando hueso. El depósito de calcio y de sales minerales endurece la matriz ósea al cabo de unos días, mientras se produce la calcificación de la matriz ósea aparecen las trabéculas o espículas óseas que se unen en una estructura en forma de malla dando lugar al hueso esponjoso. La lámina central de hueso esponjoso se recubre por cada uno de sus lados por placas de tejido óseo compacto. Una vez formado, el hueso plano crece de tamaño mediante la adición de más hueso por sus bordes
Osificación endocondral:
Casi todos los huesos del cuerpo se forman a partir de moldes cartilaginosos en los que la osificación se extiende desde el centro hasta la periferia, este es un proceso denominado crecimiento aposicional. A partir de la 5 o 6 semanas el modelo cartilaginoso del hueso largo está completamente formado.  El modelo cartilaginoso desarrolla un periostio y en el centro se desarrolla un collar en el que los osteoblastos (que se han diferenciado a partir de condrocitos) depositan hueso. Poco después de la aparición del collar óseo, el cartílago comienza a calcificarse formándose un centro de osificación primario al penetrar un vaso en el centro de la diáfisis. Simultáneamente a la osificación endocondral que avanza desde la diáfisis hacia las epífisis se forma la cavidad medular, creciendo el hueso en longitud. La diáfisis que una vez fué una masa sólida de cartílago hialino es sustituida por hueso compacto en el centro del cual la cavidad medular se llena de médula ósea roja. Cuando los vasos penetran en las epífisis, se forma un centro de osificación secundario, a partir del cual el proceso de osificación es similar al producido en el centro primario. Estos centros de osificación secundarios suelen aparecer en el momento del nacimiento, con la diferencia de que se forma hueso esponjoso y no se desarrolla una cavidad medular. En los extremos de las epífisis queda una porción remanente de cartílago constituyendo el cartílago articular y entre las epífisis y la diáfisis se mantiene la placa epifisaria, también cartilaginosa a partir de la cual el hueso irá creciendo durante el desarrollo del niño hasta desaparecer en la edad adulta.

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